viernes, 23 de abril de 2010

La primera vez del nuevo Corona



Crónica publicada en El Siglo de Torreón el 12 de noviembre de 2009
El primer final angustiante en el nuevo Estadio Corona. Aunque se tratara de un partido amistoso, la afición quería que ganara Santos Laguna por primera vez en su nueva casa, así que los últimos minutos fueron de nerviosismo total al ver cómo los Santos de Brasil se acercaban peligrosamente a la portería de Oswaldo Sánchez.
Pero el arquero lagunero sólo permitió que le anotaran un gol. Jean fue el primero en atravesar la portería norte.

Y como Matías Vuoso fue el último en anotar en el viejo Corona, también fue el primero en marcar en el nuevo. Así pasará a la historia por una y por otra cosa.

El primer tiro de esquina y el primer tiro libre directo de Daniel "Hachita" Ludueña. La primera atajada de Oswaldo, quien detuvo una clara opción de gol de Kléber Boas. La primera salvada en la línea de Osmar Mares; el primer fuera de lugar del mismo Kléber... anoche todo fue por primera vez en el inmueble de la carretera a San Pedro.

El final del primer tiempo con marcador a favor de 1-0. La primera salida a vestidores por el túnel. El primer espectáculo de medio tiempo, encabezado por los "Guerreros de Honor". El primer regreso al campo, en medio de una gran ovación.

También, el nuevo Corona conoció por primera vez los gritos de apoyo de la afición: "Santos, Santos, Santos". "Oe, oe, oe, oe... oe, oe". Al igual que escuchó por primera vez cómo le gritaban al arquero visitante cada que despejaba. Y cómo reclamaba al silbante cuando no veía una falta.

Parecía el primer empate, pero Carlos Ochoa consiguió el primer gol que se marca en tiempo de compensación, para no ser el primero pero sí el segundo que escribe su nombre en la lista de anotadores para la historia del nuevo Corona. Así se consiguió el primer triunfo, en la primera noche que el estrenado Estadio Corona pasaba cobijado por la afición verdiblanca.

Una afición con casa nueva



Crónica publicada en El Siglo de Torreón el 12 de noviembre de 2009
Ni quien recordara al viejo Estadio Corona. Entre la modernidad y la comodidad del nuevo Territorio Santos Modelo (TSM), las lágrimas por la despedida del destruido inmueble de las Carolinas quedaron atrás.
Ahora sólo adrenalina al máximo nivel. Todos querían conocer cómo quedó el nuevo Estadio Corona, incluso no faltó el que dudaba si finalmente lo habían terminado. Impaciencia, mucha. Aún más por la fila interminable de autos que se extendía desde el Periférico y a lo largo de la autopista Torreón-San Pedro.

Pero la espera había valido la pena. Bajando el último puente vehicular, se alzaba imponente el muro del anunciado como el mejor complejo deportivo de América Latina y México.

"Como que me recuerda al Corona", decía una señora al atravesar en medio de los carros, dirigiéndose al acceso 2 sobre el bulevar Territorio Santos Modelo. Y es que la fachada del nuevo estadio se asemeja un tanto a la del viejo, aunque no en dimensiones por supuesto, sólo en la esencia que proyectaba a primera vista la otrora casa de los Guerreros.

Majestuoso por fuera, impresionante por dentro. "Ya nos merecíamos algo así", dijo un aficionado al entrar, luego de sortear los múltiples filtros que el Estado Mayor Presidencial dispuso para ingresar, mientras otro renegaba de las revisiones por la visita del presidente Felipe Calderón.

Incomparable la vista una vez que se está dentro. Por un lado la simetría de las gradas, por otro la elegancia de los palcos y por último la pulcritud en los detalles. Lo que afuera todavía era un desastre, adentro era ya perfección. Y el aficionado fiel lo agradecía. "Me siento orgulloso de contar con un estadio de esta naturaleza", confesaba frente a las cámaras un entrevistado.

"Está hermoso", se escuchaba en el acceso a Peñoles Norte. "Muy padre", decían en Takis Verdes. Todo mundo estaba encantado con lo que encontraba a su paso, y eso que la cancha todavía no podía ser vista a su máximo esplendor, pues el entarimado dispuesto para la presentación de Ricky Martin no lo permitía.

En otro extremo del estadio, mientras aguardaba el inicio de la ceremonia inaugural la gente aprovechaba para comprar, para ir al baño o simplemente para conocer cualquier rincón del lugar. "¿Ya fuiste a los baños?", preguntaba una amiga a otra. "Ya, hasta parecen de mall", con sus dispositivos automáticos para el jabón y las toallitas. "Lo malo que ya no hay nada", comentaban en otro sitio en referencia a los hot-dogs, palomitas y nachos que vendían en los distintos puestos. Y es que desde mucho antes que iniciara la ceremonia y el partido amistoso ya no había salchichas, catsup y mayonesa, ni tampoco jalapeños y salsa. En fin, para el primer partido era difícil calcular las cantidades que se requerirían para que 30 mil personas "botanearan" mientras veían el juego entre Santos do Brasil y Santos Laguna.

Todo mundo esperaba a Ricky Martin, pero nadie se esperaba una inauguración muy al estilo de Olimpiadas o un Mundial. Atónitos, los aficionados contemplaron sin parpadear el espectáculo en que se narraba un poco de la historia de Torreón en torno a un balón, mientras desfilaban pizcadores de algodón y el ferrocarril. "Hasta parece espectáculo de Disney", dijeron en algún punto de palcos.

Lo mejor estaba por venir con la patada inicial del "Rey Pelé", a quien la gente demostró su admiración con una gran ovación. La misma que repitieron con los ex santistas que eligieron como los "Guerreros de Honor": Jared Borghetti, Héctor Adomaitis, Antonio Apud, Richard Zambrano, Pedro Muñoz y otros tantos que han vestido la camiseta verdiblanca con orgullo.

El frío no se quiso perder la inauguración del TSM y se hizo presente, pero el ánimo estaba tan caliente que todo mundo se mantuvo al filo de sus asientos para ver ganar al Santos Laguna por primera vez en el Nuevo Estadio Corona. Aunque no todos se quedaron hasta el final para ver cantar a Yahir y Cinthia el himno del equipo, pues había que ir a trabajar y además se esperaba un largo camino a casa por el tráfico vehicular.

En medio de la emoción por semejante acontecimiento histórico, la verdad es que pocos recordaron al viejo Estadio Corona. Sin embargo, seguramente vivirá en el corazón de todos los laguneros para siempre, del que también ya se adueñó el Territorio Santos Modelo.

La última vez del Estadio Corona



Crónica publicada en El Siglo de Torreón el lunes 12 de noviembre

El último tiro de esquina... el último amonestado... el último gol... el último empate... el último lonche y la última "cheve" del Corona... todo fue la última vez para el estadio que hasta anoche fue la casa del Santos.
La afición lagunera no podía faltar a la cita final con el Coloso de Las Carolinas, que por última vez lució un lleno espectacular, como de liguilla, en un ambiente más allá de la tristeza por el adiós, de mucha alegría al recordar los tres campeonatos obtenidos en su cancha y todos los buenos momentos vividos en sus casi 40 años.
El nombre de Matías Vuoso pasará a la historia por meter el último gol en el Corona y por cobrar el último tiro de esquina en la portería sur. Por última ocasión la afición gritó gol y lo festejó como si ya no fuera a haber más, pese a que aún faltaban 24 minutos para el silbatazo final.
Fue la última vez que La Komún cantó sus himnos verdiblancos. Que la Tribu bailó y saltó al ritmo de sus tambores. Que el Guerrero persiguió a la Guerrera a lo largo de la cancha. Que la ola recorrió las gradas de Sombra Norte, pasando por Sol y Sombra Sur, hasta llegar a Plateas. La última vez que los rayos del sol calaron con toda su intensidad (pese a la temperatura fría que se ha dejado sentir en La Laguna) en el graderío. La última vez que el Corona vio la luz del día en un encuentro de Primera División.
La última vez que se hizo de noche todavía con aficionados en su interior. Iván "Guti" Estrada fue el último amonestado del equipo local, mientras que Francisco Palencia el último por los visitantes, los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sergio Bueno recorría por última vez el área técnica nervioso, mientras que Ricardo "Tuca" Ferreti hacía su último berrinche en el Corona por una decisión arbitral.
Oswaldo Sánchez recibió el último gol en contra al minuto 10 por parte de Pablo Barrera y despejó su último balón al 82. Por su parte, "More" Mosqueda fue el último cambio del equipo santista y fue el último que tuvo oportunidad de anidar la pelota en el arco rival al minuto 88.
También fue la última ocasión que el sonido local pedía no arrojar objetos a la cancha para evitar el veto, porque era la última vez que desde su enrejado La Komún hacía de las suyas encendiendo bengalas previo al final del encuentro.
Igual sería la última vez que la afición gritaba "sí se puede", alentando a su equipo a meter un gol más y despedirse del estadio con un triunfo. El último "duro Santos, duro". El último "oeoeoeoe, oeee, oeee".
Fue la última vez que el inmueble santista era el foco de atención de toda La Laguna, luego de tantas liguillas y tres campeonatos. Por última vez se apagaron las luces de la llamada "Casa del Dolor Ajeno" para no encenderse nunca más. El Estadio Corona dijo adiós en medio del Cielito Lindo y las Golondrinas, en una imagen que quedará grabada en las más de 18 mil almas que fueron testigos de esta despedida, las mismas que cada 15 días copaban las gradas y que ahora podrán multiplicarse en el esperado Territorio Santos Modelo.